El Puente de Ariza fue encargado por el concejo ubetense a Andrés de Vandelvira en 1562 y financiado por el obispo Diego de los Cobos, ya que en aquel momento se trataba de una vía principal para comunicar Úbeda con la Meseta, y también para poder atravesar el río Guadalimar, que, aunque con pequeño caudal sí producía crecidas irregulares.
La obra fue ejecutada por el maestro cantero Antón Sánchez entre 1563 y 1575 bajo diseño de Andrés de Vandelvira, el cual planteó un puente de más de cien metros de largo con cinco vanos, siendo el central de más de 36 metros de luz, y los laterales de menor tamaño. Tiene una altura máxima de 17 metros.
Los vanos arrancan de la plataforma del zócalo en los estribos intermedios lo que da al arco central una gran ligereza.
La traza del puente se modificó en el siglo XIX para eliminar la fuerte pendiente de las rampas originales, y en el siglo XX se añadieron dos taludes de mampostería. El puente quedó sin uso en 1998 al sumergirse casi por completo al entrar en funcionamiento el embalse del Giribaile.