Popularmente conocido como de “Las Cadenas”, se trata de uno de los edificios más excepcionales del renacimiento español y una pieza cumbre dentro de las obras realizadas por Andrés de Vandelvira. Se considera una construcción excepcional dentro de la arquitectura española debido a su condición exenta y por la ordenación de su fachada.
El palacio preside un extremo del espacio abierto ante la Capilla del Salvador, y se corresponde con la categoría del comitente, Juan Vázquez de Molina (c. 1500-1570), el cual fue regidor de Úbeda, caballero de la Orden de Santiago, secretario de la emperatriz y secretario de Estado de Felipe II.
Ante la importancia del encargo se recurre a Andrés de Vandelvira, el cual comenzó las obras alrededor de 1560 y se inspira para su realización en las casas romanas que ya planteara en su tratado arquitectónico Vitruvio (en la versión ilustrada realizada por Fra Giocondo en 1511 o Cesare Cesariano en 1525); de esa manera, organiza todo el espacio en torno a un patio central, el cual queda descentrado con respecto al eje de simetría.
Los mejores elementos del edificio son el patio y la fachada principal. El primero, es cuadrado con dos pisos. El inferior tiene arcada de medio punto sobre columnas corintias de mármol. La galería circundante, por su parte, se organiza mediante módulos cuadrados y se cubre con bóveda de arista, a excepción de los ángulos, que se cierra con vaídas. El piso superior, de menor altura, presenta también columnas corintias, pero en este caso con arcos rebajados. La galería se cubre con vigas de madera.
La fachada principal se organiza en tres plantas, cada una de las cuales se corresponde con un orden arquitectónico: el inferior, corintio; el siguiente, jónico; y el tercero, cariátides. También vemos en la planta baja ventanas, en la primera, balcones coronados por frontones rectos, y en la segunda, óculos.
Por otra parte, consta de siete ejes, y en el centro de la planta se encuentra la puerta principal, de factura sencilla. Cada uno de esos ejes es diferente, siendo más anchos los situados en los extremos para dar mayor solidez a los ángulos, disminuyendo su tamaño conforme nos acercamos al centro, que, de nuevo, vuelve a ser más ancho.
Completan la composición de la fachada dos torrecillas en forma de templete clásico en los ángulos, que son semejantes al remate empleado por Leon Battista Alberti en el Tempietto del Santo Sepolcro, que pertenecía al conjunto de San Pancrazio en Florencia, y también a los pináculos de la catedral de Pavía.
Tal y como hemos dicho, el edificio se comenzó en 1560, pero nunca fue habitado por el comitente, ya que en 1566 ya había sido cedido a la comunidad de las dominicas de Madre de Dios, que dedicaron la parte más externa a la iglesia, lugar en el que quedan restos de pinturas murales. A partir del siglo XIX pasó a ser sede del Ayuntamiento. En la planta superior se alberga la sede del Archivo Histórico de Úbeda.













