Mancha Real es una población de nueva planta construida a raíz del plan colonizador de la Sierra Sur de Jaén que se comenzó tras la Reconquista del Reino de Granada por parte de los Reyes Católicos. Su edificación fue mandada por Carlos V en 1537 y la iglesia que nos ocupa se comenzaría a fines de la primera mitad del siglo XVI.
La planta es basilical, de tres naves con cabecera recta, capilla mayor marcada y soportes circulares con un cuerpo supletorio del que arrancan los arcos sobre los que voltean las bóvedas, que son de media naranja en la nave central y vaídas en las laterales. La sacristía, por su parte, es de planta rectangular.
La intervención de Andrés de Vandelvira en su ejecución ha estado muy cuestionada durante mucho tiempo, hasta que en años recientes quedó demostrada su participación a través de un documento en el que se le otorgaba a un vecino de Mancha Real, Miguel de Quesada, el derecho a ser enterrado en una capilla de esta iglesia. En esta documentación se incluye un informe realizado por el maestro alcaraceño en 1567 donde hay un croquis hecho por él mismo a mano alzada y que se centra en el lugar donde está la capilla, que es la tercera desde los pies. Se trata de un espacio tripartito marcado por tres pilares.
La portada sur también está atribuida a Andrés de Vandelvira, y, de hecho, guarda muchas similitudes con la de la iglesia de San Miguel de Jaén que actualmente se encuentra en el Museo Provincial. Esta se compone de un arco de medio punto de acceso, y a los lados pares de medias columnas jónicas sobre pedestales entre las que se disponen hornacinas. En el segundo cuerpo, hay una hornacina entre pilastras dóricas que se completa con un pequeño frontón recto. A los lados escudos y decoración de jarrones.









