La construcción de la iglesia parroquial de Huelma se inició antes de la llegada de Andrés de Vandelvira, cuyo nombre aparece ligado a esta construcción por vez primera en 1547, cuando acude a tasar la obra que allí realizaban Francisco del Castillo “el Viejo” y Domingo de Tolosa. Sin embargo, él no se limitó solo a eso y, tal y como queda constancia en los Libros de Fábrica, dio trazas para su construcción.
Se trata de un templo de tres naves con cabecera recta y cubierta a la misma altura, en su mayor parte, con bóvedas vaídas. Los pilares son cruciformes y están elevados sobre pedestales.
Por su parte, la capilla mayor se cubre con bóveda de cañón acasetonada. El tramo inmediatamente anterior es más estrecho y tiene una bóveda enjarjada, siendo esto, muy probablemente anterior a la intervención vandelviriana.
La disposición de la sacristía y otra dependencia en el ángulo sudoriental formando un módulo en L, nos recuerda a la solución de la catedral de Jaén.
El maestro no llegó a ver terminada la obra, que fue continuada después de su fallecimiento por Francisco del Castillo “el Mozo” quien realizó el cierre de algunas bóvedas más desornamentadas. También corresponde a él el alzado exterior.









