
Baeza, declarada PATRIMONIO MUNDIAL desde 2003, está situada en el centro de la provincia de Jaén a poca distancia del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Se levanta sobre un promontorio natural, conocido como “el Cerro del Alcázar”, situación ésta con carácter geográfico-defensivo, desde donde se ha divisado y custodiado todo el valle del Guadalquivir, funcionando a lo largo de la historia como nudo de comunicaciones, en el lugar donde se han repetido continuos asentamientos.
De su antigüedad dan prueba los yacimientos, asentamientos y materiales encontrados en el “Cerro del Alcázar”, que justifican la evolución urbana desde época prehistórica, ibérica, romana y musulmana. Baeza ya aparecía denominada en las fuentes romanas en la época del Imperio, con el nombre de Vivatia. Posteriormente en el siglo VIII pasa a ser conocida como Bayyasa, en la época hispano musulmana, en la que ya se inicia su estructura urbanística y el trazado de las murallas. Alfonso VIII la ocupó en 1212, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, pero sería el rey castellano-leonés Fernando III quien la conquistó definitivamente en 1227, concibiéndola como cabecera de puente en las conquistas del Valle del Guadalquivir y de Al-Andalus, y le otorgó un Fuero, adquiriendo su población una serie de territorios, exenciones y privilegios.
Será en el siglo XVI cuando Baeza alcance su máximo esplendor arquitectónico y cultural a la luz del Renacimiento, transmitiendo su importante legado hasta nuestros días. El nacimiento de su Universidad y en torno a ella la proliferación de nuevas fundaciones religiosas y un importante proceso constructivo civil, la presencia de importantes hombres, alta nobleza, hidalgos, clero, sabios y santos, arquitectos, canteros, pintores y escultores, médicos, músicos y poetas, la convertirían en una de las ciudades más importantes del sur, cuya hegemonía se prolongó durante los siglos siguientes.
En el siglo XIX Baeza es invadida por las tropas francesas, muchos de sus monumentos se ocuparon por el invasor y tras el abandono de la ciudad por éstos, empezó a emerger una nueva etapa para la Baeza Académica, por donde pasaron importantes personajes.
Si por algo se caracteriza Baeza, es por su cultura inserta entre su paisaje urbano. Su cultura sintetiza la fuerza del arte, la tradición y la historia. En toda la ciudad está presente el sentido humanista, la impronta de grandes personajes que dejaron de una manera u otra, su huella y su recuerdo, entre sus centenarias piedras.